En el día internacional contra el acoso, Extremadura se enfoca en la necesidad de mejorar la detección y respuesta a este problema. De acuerdo con los datos del Ministerio de Educación correspondientes al último año, se han confirmado oficialmente 10 casos de acoso o ciberacoso. Sin embargo, se han procesado un total de 119 quejas, lo que muestra una diferencia significativa entre las sospechas y los casos reconocidos.
Demasiada burocracia
Los expertos coinciden en la necesidad de revisar los protocolos actuales para abordar la intimidación. La principal crítica es que el proceso de validar un caso es demasiado lento y burocrático, lo que a menudo desanima a las víctimas y sus familias a continuar con las denuncias. Además, se enfatiza que muchas situaciones de acoso se resuelven de manera informal, sin ser contabilizadas en las estadísticas oficiales.
De la Asociación contra las Demasías de Cáceres, advierten que los datos no reflejan la totalidad de la realidad. Destacan que los casos reales son mucho más numerosos y que, en muchas ocasiones, ni siquiera son denunciados por el temor a represalias o la desconfianza en el proceso.
El acoso tiene muchas caras
El acoso puede manifestarse de diversas formas: insultos, agresiones físicas, aislamiento social, amenazas o humillaciones en las redes sociales. El ciberacoso, cada vez más común, ha ampliado el alcance del problema, permitiendo que las agresiones ocurran fuera del entorno escolar y en cualquier momento del día. Este tipo de violencia también es más difícil de detectar para los maestros y los padres.
Los educadores y asociaciones coinciden en que la prevención y la educación emocional desde temprana edad son fundamentales. Demandan una formación más específica para los docentes, una mayor presencia de orientadores en los centros, así como campañas destinadas a saber cómo identificar y denunciar el acoso, ya sea que lo sufran o sean testigos de él.
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