El 12,3 % de los alumnos españoles afirma que él mismo o alguno de sus compañeros sufre algún tipo de acoso escolar, lo que representa un aumento de tres puntos con respecto al curso anterior.
En el caso del bullying presencial, las agresiones más comunes incluyen insultos, motes, burlas, aislamiento, agresiones físicas, amenazas y robo o rotura de objetos. Los acosadores suelen justificar su comportamiento basándose en lo que hacen o dicen las víctimas, en su apariencia física o en problemas personales como trastornos psicológicos o discapacidades.
Por otro lado, el ciberacoso ha ido en aumento y ya representa el 14 % de los casos, con un papel cada vez más destacado de la inteligencia artificial. Se utilizan diversas formas de tecnología para crear vídeos, imágenes y suplantar identidades con el fin de causar más daño a las víctimas. Plataformas como WhatsApp, Instagram y Tik Tok son utilizadas para llevar a cabo estas acciones.
Para prevenir estas situaciones, los expertos recomiendan tomar tres medidas clave: hacer capturas de pantalla para denunciar, borrar o bloquear las cuentas implicadas, y evitar reenviar fotos, vídeos o memes de la víctima. Además, es fundamental denunciar tanto si se es víctima como si se es testigo de acoso.
Estas cifras y recomendaciones ponen de manifiesto la importancia de abordar el acoso escolar en todas sus formas y trabajar en conjunto para crear entornos seguros y libres de violencia en las instituciones educativas.
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