Regino y Belén Fueron dos de los primeros casos de Covid en Extremadura. Dos víctimas de la pandemia, eso es lo que su historia puede contarnos hoy. «Pensé que me despertaría muerto», dice Regino Cortés, un profesor natural de Bienvenida y retirado. Cuando se infectó, había estado de viaje en Milán. En ese momento, su miedo no era la enfermedad, dice: «Mi única preocupación era que el aeropuerto estuviera cerrado».
Al llegar a España, tuvo que enfrentarse a la realidad. Los síntomas aparecieron y alarmaron a su entorno. «Una enfermera vino a hacerme la prueba y enseguida supe que era grave». Regino temía por su vida y por contagiar a los demás. «Cada mañana pensaba que me estaba muriendo, no podía ni pasar de la silla a la cama». Lo que más le dolió fueron los comentarios sobre él.
«Estaba muy asustado. Tenía mucho miedo»
También le tocó a Belén Terrón, una joven estudiante que estaba de Erasmus en Italia y había viajado a Venecia para disfrutar del carnaval. La insistencia de sus padres la hizo regresar a casa. El regreso fue difícil. «Al llegar a casa fue un shock, estaba sola, me temblaban las piernas». No recuerda las caras de los médicos que la atendieron, solo el tiempo positivo. «Fue impactante, llegaron con un traje, no recuerdo sus caras, solo el tiempo positivo».
Al igual que Regino, hubo días en los que pensé que no sobreviviría. «Estaba muy asustada, con mucha fiebre, me hicieron análisis, me sacaron sangre». Cuando le dieron el resultado negativo, abrió la puerta y abrazó a su padre.
Dos historias reales, víctimas de una pandemia que se llevó miles de vidas antes y que ha cambiado nuestras rutinas durante años.