Al menos quince personas han fallecido en Lisboa como consecuencia del descarrilamiento de un funicular en la capital lusa. El incidente ocurrió debido a un fallo en el cable de seguridad que unía las dos cabinas del Elevador da Glória, dejando también a 23 heridos, incluyendo dos ciudadanos españoles que ya han sido dados de alta del hospital.
La Policía Judicial y la Fiscalía están investigando lo ocurrido, mientras que el Gobierno de Portugal ha decretado un día de luto oficial en todo el país. La empresa Carris, encargada de la gestión de los elevadores, ha asegurado que se cumplían todos los protocolos de mantenimiento necesarios. Aun así, la actividad del resto de funiculares de la ciudad ha quedado suspendida para someterlos a inspecciones técnicas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó su consternación por el accidente, mostrando solidaridad con las familias de las víctimas y el pueblo portugués. Asimismo, la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, envió sus condolencias a los afectados, deseando una pronta recuperación para los heridos.
En este difícil momento, se espera que las investigaciones arrojen luz sobre las causas del trágico suceso y se tomen las medidas necesarias para prevenir futuros accidentes de este tipo. La comunidad internacional se une en el dolor por las pérdidas sufridas en Lisboa, recordando la importancia de la seguridad en el transporte público para evitar tragedias como esta.
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