Este 17 de junio se conmemora el Día Mundial de lucha contra la desertificación y la sequía. Se trata de un problema que afecta a 3.200 millones de personas en todo el mundo; es más de un tercio de la población total del planeta.
El problema requiere medidas globales debido a su alto impacto en la seguridad y soberanía alimentaria. El portavoz de Ecologistas en Acción en Extremadura, Carlos Garrón, considera que la intervención humana es un factor clave en la sequía, principalmente a través de la agricultura.
Los cambios climáticos, según Carlos Garrón, están causando una aridez progresiva en la provincia de Badajoz. A pesar de las lluvias de la primavera pasada, este problema preocupa a los grupos de conservación. Las temperaturas están aumentando tanto en mínimas como en máximas, tal vez rompiendo récords registrados.
Los ecologistas en acción creen que el uso inadecuado de la tierra ha llevado a acciones dañinas como la repoblación de eucaliptos, árboles que absorben más nutrientes que las especies nativas, lo que contribuye a la aridez del suelo.
Garrón advierte sobre el uso intensivo excesivo de la tierra, que está constantemente expuesto a los cambios climáticos extremos entre lluvias intensas y periodos prolongados de sequía, teniendo un efecto perjudicial.
La desertificación sigue avanzando y gran parte de la responsabilidad en la región recae en las culturas intensivas de olivar y viñedo. Se ha pasado de una agricultura sostenible a un modelo del sector primario marcado por la demanda del mercado, sin prestar atención a la calidad de los suelos.
El grupo de conservación enfatiza en las energías renovables, señalándolas como una solución clave para abordar el problema, aunque representa una respuesta a largo plazo. Carlos Garrón advierte que actualmente no nos adaptamos a los ciclos naturales y destaca la importancia de volver a un escenario de adaptación.
Finalmente, se resiste a la implementación de cubiertas vegetales.
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