
Eurípides escribió «Las troyanas» en el siglo V a.C., una tragedia que va más allá de la historia antigua. Es un grito contra la lógica de la conquista, una reflexión sobre el sufrimiento que no se convierte en épica, sobre el dolor que no tiene cabida en los relatos oficiales. Estos temas resuenan en la actualidad, especialmente en lugares como Gaza, donde las mujeres sufren en silencio.
Carlota Ferrer dirige un montaje que pone de manifiesto el dolor y la angustia de las mujeres troyanas, como Hécuba, Casandra y Andrómaca, que enfrentan la esclavitud, la pérdida de sus seres queridos y la separación de sus familias. Isabel Ordaz interpreta a Hécuba, un personaje que busca justicia y señala a los culpables de su sufrimiento.
En medio de la destrucción y el conflicto, «Las troyanas» ofrecen un retrato crudo y desgarrador de la tragedia humana. Cristóbal Suárez da vida a Taltibio, el embajador griego encargado de comunicar el destino de las mujeres troyanas, mientras que Mina El Hammani interpreta a Helena de Troya, un personaje poderoso, frágil y sensual.
Eurípides, al elegir dar voz a las víctimas más vulnerables, como mujeres y niños, nos recuerda que en las guerras nunca hay verdaderos vencedores. Esta obra antigua sigue resonando en la actualidad, recordándonos la importancia de escuchar y dar voz a aquellos que sufren en silencio.
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