Cómo mejorar tu salud mental en tiempos de pandemia

Después de nuestra eliminación en la primera ronda del juego de ascenso hasta Hypermotion Leliga, de la Asociación de Deportes Mérid, nos gustaría compartir una reflexión serena, pero firme sobre lo que se experimentó en esta fase final de la temporada.

Nuestro equipo compitió con la entrega, la personalidad y la fe y no podemos ignorar el sentimiento de frustración después de una igualdad en la que sentimos que nos hemos visto heridos por las decisiones de arbitraje, tanto en la primera etapa como en cambio, que fueron decisivos.

Especialmente doloroso no fue establecer una acción en el área rival de nuestro jugador Libertus que, desde nuestra perspectiva, debería haber sido sancionado como un castigo. Entendemos que el arbitraje es parte del juego y que todos podemos cometer errores, pero en reuniones tan trascendentes, estos errores marcan mucho más que un resultado: influyen en la planificación deportiva, la economía del club y, sobre todo, en la ilusión de toda una ciudad.

La base, siempre hemos creído, creemos y creemos en la honestidad y la buena voluntad del grupo de arbitraje. Sin embargo, recurrimos rigurosamente a la necesidad de que las partes de este nivel tengan experiencias más altas en categorías más altas, capaces de soportar la presión y minimizar los errores, que no han tenido lugar en nuestra igualdad.

Además, sabemos que la implementación de VAR en esta categoría presenta dificultades, pero instamos al RFEF a analizar soluciones realistas, de modo que las fases decisivas, como los medios de comunicación y los profesionales adecuados para garantizar su propio capital.

Por otro lado, queremos agradecer a todos los fanáticos que se mudaron a Zubieta de una manera muy especial para apoyar al equipo. Lamentamos profundamente las condiciones en las que tuvieron que vivir el partido: ubicado en un área sin sillas y sin poder decir el bien del equipo después del silbato final debido al volumen del megáfono. Hay situaciones que no deben aparecer y que no reflejan el respeto que un pasatiempo ejemplar merece como nuestro.

Y, a pesar de todos, la sensación que predomina en el corazón del club es el de agradecimiento y orgullo.

El orgullo en la temporada en la que vivía. El orgullo por cada jugador que dejó el alma, por un entrenador cometido personalmente hasta el último momento, por el esfuerzo de cada trabajador del club y, por supuesto, por un pasatiempo que estaba en el apogeo del más grande.

Esta temporada reafirma el hecho de que estamos en el camino correcto. No bajaremos por nuestros brazos. Continuaremos creciendo, trabajando con humildad, ambición y responsabilidad, con la firme convicción de que más temprano que tarde llegaremos al salto que merecemos.

Gracias por creer, por empujar, porque lo fuiste. Porque si tenemos claro esta entidad, aquí, una novela nunca se rinde.

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