El Consejo de Ministros aprobó el martes, a la propuesta del Ministro de Cultura, Ernest Urtasun, El decreto real por el cual la apicultura en España es reconocida como una manifestación representativa del patrimonio cultural intangible. El reconocimiento contribuirá a la protección de esta práctica presente en varias regiones del territorio español, con fuertes valores de identidad y gestión territorial, según la cultura en un comunicado de prensa.
Actualmente, esta actividad enfrenta múltiples riesgos y amenazas derivadas de cambios climáticos, pesticidas y competencia en un mercado globalizado, entre otros. Además, el papel de la comunidad de transporte en el conocimiento y la práctica de la apicultura es fundamental y, sin embargo, en algunas áreas casi no hay alivio generacional, lo que evita la continuidad de esta manifestación. El procedimiento de producción de las abejas consiste en su establecimiento, en la realización de colonias de abejas en colmenas en las que fabrican panales de los cuales se recolectan la miel y de aquellos que obtienen cera y otros derivados.
Presente del neolítico
La implementación del albaricoque se ha avanzado con diferentes métodos desde las técnicas de aplicación neolítica hasta las modernas, como la apicultura móvil, que en España ha comenzado a ser la mayoría de los años 70 o enjambres, degustación y fundición, a la que se agrega la transhumana del apicultura. Además, en torno a estas prácticas productivas, se ha desarrollado todo un marco de festividades, creencias, valores, oficios y actividades, formas de vida y gobernanza de los recursos territoriales, así como los diferentes instrumentos e infraestructuras relacionadas.
Estas prácticas continúan dejando su huella en las comunidades involucradas y tanto los profesionales como las personas que desarrollan la apácola y la finalización de otras actividades primarias están integradas para su consumo de autoevaluación.
Mantenimiento de la biodiversidad
Por otro lado, la apicultura es una práctica que ofrece importantes beneficios del ecosistema tanto para la polinización como para mantener la biodiversidad y detectar cambios en el cambio climático, derivado del conocimiento tradicional de los procesos de floración, clima, abejas, en particular, especies nativas, y su salud.
El valor de la polinización para mantener la biodiversidad y la regeneración de los ecosistemas también es un beneficio derivado de la protección del patrimonio de la apicultura.
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