«Vivimos en un mundo muy acelerado, y la gente tiene prisa. Nosotros, incluso viceversa. Vamos muy lentamente, porque la enfermedad hace esto». Francisco Apartio, enfermo de Parkinson, dice. Hace cuatro años, comenzó a notar temblando en su mano izquierda, justo cuando Petanca las bolas con sus compañeros de equipo en el centro del día. Al principio, confiesa que no quería irse. «Me equivoqué porque vi a la gente mucho peor que yo y pensé», mi madre, donde llegaré. «Pero me equivoqué.
«No date nada a sí mismo»
Es el lema de este año, y el testimonio de Francisco lo ilustra perfectamente, porque Parkinson no solo teme. Es insomnio, depresión, estreñimiento, pérdida de memoria, trastornos compulsivos. La sintomatología es tan variada como desconocida. En Extramadura, la Asociación Regional de Parkinson ofrece terapias fundamentales para reducir la evolución de esta enfermedad neurodegenerativa: terapia del habla, fisioterapia y terapia ocupacional.
Julia González, una terapeuta ocupacional, explica que toda la deficiencia de dopamina, una neurotransmisor esencial: «Produce síntomas como pérdidas, caídas, cambios cognitivos o dificultades cuando hablamos». Uno de los desafíos es el diagnóstico temprano. «Muchos pacientes pasan uno o dos años con síntomas no virgen que no se refieren a la enfermedad», agrega el terapeuta.
En el Día Mundial de Parkinson, la llamada es mirar con empatía, sin prisa y sin prejuicio. Porque nadie sabe cuándo no puedo dejar de dar cosas tan simples como los zapatos atados, pagar en una caja o lanzar una pelota petanca.
FUENTE